La visita al dentista conlleva siempre cierto grado de estrés. En los niños, por su especial sensibilidad y peculiar psicología, hemos de adoptar unas pautas para llevar a cabo esas consultas con éxito.
- Manejar los temores y ansiedades del niño con sensibilidad y comprensión.
- Establecer una buena comunicación con el niño y los padres.
- Ganar la confianza del niño.
- Explicar al niño y a los padres los aspectos positivos del cuidado dental y de la prevención.
- Proporcionar un ambiente relajado y cómodo.
- Establecer periodos adecuados del tratamiento: la visita no debe ser demasiado larga y es fundamentar hacer pausas.
- Demostrar que los logros del niño se valoran.